Se levanta cansado de tanto soñar. Procede a encajarse sus zapatos uno por uno. Sale de su espacio dispuesto a deambular. Enciende un cigarrillo para despejar su mente, el frío le obliga a introducir sus manos en los bolsillos laterales del pantalón. Llega a la calle donde solían gritar y enciende una vela a la vez que apaga el cigarrillo consumido. Confiesa su dolor a la fotografía de su amada. Ella murió el año pasado.
Bueno, prácticamente es lo que voy a hacer hoy en teatro. ¡¡Que-me-salve-la-improvisación!!
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Buena esa