Algunos secretos esclavizan, duelen con cada mentira. ¿Alguna
vez has sentido que ellos no te quieren? Con ellos me refiero a tus padres,
bueno, tu papá y tu madrastra, pero no lastima tanto aquel hecho sino el de la
negación, el no aceptar. Ellos nunca supieron o saben, quizá nunca sepan, pero
estoy herido. Aunque mi piel debiera ser más fuerte es más delicada, está roída.
Mi corazón cubierto de hojarasca. Y se siente como un jamón serrano rebanado a
punto de podrirse. Esperanzas sin aparecer, sólo dolor ligado con otras cosas
que desconozco pero parecido al odio, al odio por mí mismo, un rechazo indiscutible,
una vergüenza que se quiere manifestar pero el mismo secreto no le ha dejado
llegar a su punto máximo. No sé que es. Se siente como tristeza, tristeza que
genera un frío desértico. Hasta tiemblan mis pestañas. El dolor interior se une
con el de mi espalda, mis hombros caídos al igual que mi felicidad. Si alguien
quiere, que acabe conmigo y me muestre que era feliz antes de morir, hazaña que
considero difícil por no decir imposible. Lo siento: mi vida es un fracaso. Mi
yo entero un cobarde y mis emociones un desastre. ¿Acaso existe algo que me
impulse a seguir viviendo? No sé cómo pero estoy muerto. Estoy muerto en
soledad y tristeza, una tristeza homosexual. La guerra comienza y estoy débil,
mas prefiero morir luchando que jamás haberlo hecho. Discúlpame los secretos,
las mentiras, disculpa mi cobardía, no puedo ser lo que quiero ni lo que quieran,
no quiero lo que soy, por eso no pido que lo hagas tú aunque mi alma quiera
decir lo contrario.
miércoles, 30 de enero de 2013
domingo, 27 de enero de 2013
Gracias noche
No sé, otra noche me pasó,
es sorprendente, de veras, ¡el
arte el arte!
Es sorprendente. La música. No pude más que escuchar.
De pequeño entendí (si es que mis genes ya no lo sabían) que
se puede limpiar escuchando música y así
pasarla mejor, también mientras tomas
la ducha, mientras trotas, mientras vas en el autobús, mientras
pintas, mientras
compras el café, mientras lambes una chupeta, mientras lees, mientras defecas,
mientras encuentras la cura para el cáncer, mientras descubres el continente
perdido, en cualquier acción.
¡Pero esta noche!
Fue ésta. Esta noche me contuvo,
me regañó.
No pude más que escuchar. Sólo escuchar sin siquiera pensar.
Gracias
noche.
jueves, 24 de enero de 2013
No me avergüenzo
Esta noche no me avergüenzo. No me avergüenzo de mis
sentimientos esta noche. Me avergüenzo de haberme avergonzado. Me avergüenzo
porque me avergonzaré mañana durante el día y puede que el resto de mi vida… y
así pasé de ser un sin-vergüenza a sentir vergüenza de sentir. No era fácil, no
sé, nadie me dijo nada, nadie sabe, nadie me conoce. A veces sufro sin
vergüenza. Sufro como quien está solo y la soledad también me avergüenza. Mis
labios y mis nalgas, todo. Hasta la lluvia me avergüenza. Sufro prisionero,
vivo esclavo, muero cada vez que despierto. Me avergüenzo en el espejo, me
humillo frente a mí, mi mente me avergüenza. Te avergüenzo. Mi arte me odia, el
aire me repugna, la tierra me fastidia, el frío me avergüenza esta noche. Tengo
una madre de quien no me avergüenzo y un padre avergonzado. Soy la vergüenza y
puede que la única. Hoy sentimos vergüenza por ellos, pero ellos eran quien soy
yo, yo era peor que quienes ellos eran, mas ahora soy igual a quienes fueron. Es
mentira que no siento vergüenza porque aunque no la sienta me avisaré de hacerlo,
es mi compañía. Es quien me alimenta cada día mientras vivo pero no me deja
vivir. Tenemos un lazo, a mí me lastima. No hay amigos que de mí se
avergüencen, pero quizá mi perro lo haga. No quiero sentir vergüenza, no quiero
sentir, quiero escapar, quiero morir, quiero vivir sin vergüenza, quiero
crecer, quiero dejar. No me quiero porque me avergüenzo, me avergüenzo porque
no me quiero.
domingo, 20 de enero de 2013
La noche pajua
Secretitos de todo, de aquel y aquella que se acallan, se
maman, se sanan de todo, de toditos. Malvadas divas inspiraciones que no son
encontradas. EVIL! Verbos secretitos, palabras olvidadas —desrecordadas—. No
importa nada en la noche o en el día, pero menos en la noche, una fría de amor
o soledad, de ambas, de ninguna, unas llamadas preciadas que se dan, mensajes
whatsapperos, términos sin fin, metas sin cumplir, metas sin pensar, mucha
música, poca musa, puede que sólo una canción pero al menos una canción.
Mostrarte lo que puedo ser, lo que digo, lo que hago, jamás lo que siento,
nunca lo que piense, no sé, no podría mostrarlo al completo, cobardes bastardos
chicos mimados, casi veinteañeros, nunca adultos nunca maduros nunca escasos.
Somos muchos. Una luz detrás y una pérdida de energía. Vidas vecinas ignoradas
ignorantes, mejores o igual de patéticas que la de éste, éste soy yo o lo que
mis letras dicen que soy. Una noche. ¿Qué más da si no puedo ser amado? No
desojar parece un pecado pero ya quiero dejar al destino que se digne a darme
amor porque no me funciona esto de buscarlo. Gracias, la gerencia. Estoy
desanimado y quiero un dulce que me engorde y seguir siendo un cobarde sin
sexo. No estoy arrecho.
lunes, 7 de enero de 2013
—Anoche—
Mis skechers a un
lado de esta cama improvisada. Una tenue luz de la que sólo es posible
percatarse por la noche, una temperatura medio fría gracias al aire
acondicionado (probablemente unos diecisiete grados), una almohada prestada
bajo mis pies, mi cabeza y mi espalda recostadas en la pared, la pared de
aquella combinación extraña parecida a un azul de reyes, medio verdosa y
oscura, un color cómodo y para adultos; la habitación ya no poseía el espíritu
aniñado que durante muchos años tuvo. Henos aquí destino. #NowPlaying Without You sin nadie a mi lado, Jesús –mi tío- frente
a mí sin mirarme, puede que ni esté notando mi presencia. La última noche de
vacaciones, la más pesada de todas, la que deja concretar la alegría e indica
el comienzo de la antigua o nueva rutina. Peor y a la vez mejor que la última
noche de las vacaciones de verano, al menos sin quemaduras de sol playero para
mí. Me siento agradecido, porque me voy y porque vine. Llega el momento en que
mi espalda demanda que cambie de posición. Un zoom, un borrar-palabras; todo indica que llega el final de mi
escritura.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)