jueves, 28 de noviembre de 2013

Cindy... ¿Sin diente?

¿Era una galería? Ni siquiera estaba en un museo, todo era producto del dolor en la espalda baja e incluso las nalgas me dolían. Como yo sé, el arte es energía que se transforma, bien sea en algo bueno o esto. Ay quién sabe. A lo mejor soy una prostituta que juega a ser un chico muy gallo que fuma cuando escribe y toma café frío para no quemarse la lengua. Probar la gramita para recordar que soy parte de esta tierra que primero era plana, que debió quedarse plana, tal vez así la mente humana fuese menos cuadrada o no, no sé, nunca sé nada. Ay mi Sofía, tú siempre haciéndolo en grande tipo Vargas Llosa tipo Cortázar tipo Beethoven tipo la Mierda, mierda que a mí me encanta y me dijeron que debía escribir un cuento pero es que yo no sé más que mi propia narrativa. ¿Se vale escribir el diario personal de uno mismo con las redundancias repetitivas que indican que se ha vuelto a expresar la misma vaina con la cosa equivalente con que se bicha esa verga? No sé. Como sea, no seré bueno contando un cuento a menos que usted me crea y a la vez que me cree dude e imagine lo que se le venga en gana ¿ok? Ok. Estaba este loco despeinado de cabello negro con esos reflejitos marrones, audífonos enterrados en las orejas obviamente caminando de prisa y desvelado como es normal en estos chicos con apariencia indie o hipsters y esas güevonadas, oliendo, observando con el objeto de que lo externo le transmitiera alguna emoción no tan secular, huele sin más el chocolate que preparan en aquel café, no hay café, puro chocolate caliente y tortica de naranja, pide su combo, paga los treinta y cinco bolívares, se sienta el muy madurín en la única mesita que queda sola y se ríe porque hay niños jugando y su madre que les dice “te voy a joder, deja la mariquera” ¡Ay señor! El venezolano y sus manifestaciones, algo de Regina en los oídos. Saca su novela del bolso de lado que llevaba y se quita la bulla.
Sofía, ¡despierta porque es febrero otra vez! Debemos ser más viejos, y ay qué bella es Regina, más bien su melodía. Como sea, despierta mi Sofía que todavía hueles al perfume de ayer, ya entiendo que no te bañaste y te pusiste una piyama limpia, ¡cochina! Despierta y mira los pequeños haces de luz que se cuelan por la ventana, cual escena citadina. Trascendental. Despierta, que hoy no somos tan viejos como mañana aunque sí mucho más que ayer y un siglo y un año y una hora. Baby baby baby baby baby baby baby baby baby baby es todo por la luna, pero si no hay luna. Le besa la espalda suevamente con sus húmedos labios, acaricia con la yema de su dedo índice el centro de su espalda, ella sin más no resiste las cosquillas y reacciona con risitas de placer y flojera.
¿Y mi besito? ¿Acaso te vas a ir sin tocarme con esa geta de diosa? Ah, vas a tener que respetar. Pero responde ¿acaso te parecen los besos sobrevalorados? No sé, no quiero ser poco para tus ideales I mean bésame si quieres pero no te obligo o no sé, tampoco es que quiera presionar. Su expresión es como la de un vegetariano sosteniendo una gallina mientras la despluman o la de un metalero cuando mira una pared rosada, como la de… Shit!
Y comienza a leer la ciudad y los perros del pana Mario, estaba por el primer cuarto del libro tal vez y sube la mirada al percibir una sombra de algún cuerpo de niña, una alta que tiene un morral que la toca detrás de las rodillas “¿será que le dieron fororo?”, vuelve a su lectura medio concentrado medio esperando, se concentra más y logra divertirse con cada inteligente párrafo, sube un poco la mirada y se encuentra con la de ella y “me voy a sentar acá ¿no hay problema?” “No, déjame quito…” Quita su bolso tipo cartera de la mesa y se la pone sobre las piernas, sigue leyendo, sube sutilmente la mirada y contempla muy brevemente su perfil, delicado, blanco, unos ojos brillantes honestos y muy occidentales, un pecho bien tallado y unos labios semicarnosos pintados de un rojo muy suave como una flor en otoño, “no es tan niña” vuelve a leer sin entender ni parar bolas de nada, ladea la cabeza y mira hacia afuera “¿Qué estudias?” señalando la insignia de su franela “Ingeniería Eléctrica en la UNEFA” silencio “¿y tú?” “Ehh Filosofía” “Ay qué lindo… bueno, yo no entiendo muy bien lo que es, pero supongo que piensan mucho” hace un gesto de suposición y duda con su cabeza y un cuarto de sonrisa “bueno…” media sonrisa; él se ríe, ella lo sigue… Describir todo lo hablado no tiene sentido, sobre todo porque es mejor imaginarlo para no sufrir, así que por favor imagina lo que desees.
Perpetuamente embelesado, su silueta en la oscuridad, su calor. Nuestros cuerpos suspendidos. Abiertos de arriba abajo. Bésame antes de que te vayas… Entonces déjame algo más que el olor.
Ella pide exactamente lo mismo, una torta de naranja con un vaso plástico de chocolate calientísimo y ejecuta esa mueca encantadora con sus labios y él ríe como quien es feliz y no teme por segundos mirarla directo a los ojos pero mueve los ojos como un pajarito sin pestañas. ¡Cuánta belleza en una mujer que parece niña! O al revés. Una amiga de un día a quien ama o quiere amar.
“Ehhh” le grita, ella y su aspaviento de labios y sus ojos interesados “dime” y la voz, que tal vez escuche por última vez, tan grave como aguda, balanceada y precisa, con una melodía pacífica. “¿cuál es tu nombre?” “Ehhh Cindy… tú eres Robert ¿no?” “ehh sí, como Roberto pero sin la última o” (¿sin diente?).
Ehh chao, me voy, me hiciste el día, ¡de verdad un placer!… te quiero mucho –con voz tímida y aniñada-.
Semana más tarde, en martes a las 12pm, pide esta vez sólo un chocolate y la ve a punto de marcharse. La sigue con café en mano. “hola… ehh” “hola ¿cómo estás?” sin duda lo recuerda, parece una grata sorpresa “¡ay qué fino que te hayas acordado! Ehh ¿ya te ibas?” “sí ¿por?” “no sé, me preguntaba si querías salir o algo” “bueno sí” “perfecto ¿te gustaría algo dulce? No sé, si quieres puedes proponer tú” “Ehh bien… ¿si quieres vamos a tu apartamento?” con el celestial gesto en labios pero los ojos a punto de salirse, y él a punto de llorar entre risas.

¿Cuál será su nombre? Tiene cara de Sofía o Cindy. ¿Sin diente? –Se burla-.

sábado, 20 de julio de 2013

Hola Wil

Bueno, es que son como siempre las ganas de mear después de hacerme la paja, no hay un bendito día. Salada, ay Wil! Yo aquí medio queriendo estar con usted, y con la Noriko y Andre y Mai y Victor y hasta el hermano medio bonito de Victor, ay quién sabe si jugando a la playstation o fumar escuchando la fiesta del rey drama, o la revolución escuálida da la vida bohème, como sea yo nunca sé nada, pero tú Wil siempre como que sabes alguito más que yo pues, la experiencia, o no sé si la central que es arrecha y todo el mundo que estudia ahí es arrecho, no sé, para variar nunca sé un coño. De vacaciones y prisionero, mijo ¿y si te llegaras un día a mi casa y saltaras ese murito de dos metros y alguito sobre esa pedazo de puerta bullera, ignoraras los ladridos de los canes esos mongólicos, bajaras con sigilo las escaleras-siempre-sucias, pasaras toda la casa y llegas al otro extremo, en la ventana de mi habitación, ruin y casi-vacía y te cortas la cara con el vidrio y estiras esos labios hinchados y tocaras los míos? o no sé, nunca sé nada la verdad, la  verdad es que sí sé que no sé nada pero eso no contaría como saberlo o no sé. Ay si nos fuéramos pal interior a pasar calores con tu rock sinfónico o con mis corta-venas y nos vamos abrazados y besados pero sin mete-saca-mete-saca pues, solo amigos pero unos que se quieren un poquito y no les importa compartir saliva porque al final saben a quién aman, bueno tú sabes a quién amas, a tu Isaac-no-sé-qué-mierda!, porque al final yo no sé a quién amo Wil, ni siquiera sé si amo, no sé un coñísimo de madre. Bueno, nos vamos así, juntitos pero acompañados, obvio no de Isaac ni de Eliezer, porque nunca te dije pero el pana se llama así y probablemente nunca lo vea o probablemente sí, quién sabe, yo no! Tú yo Nori Mai Andre y de repente Victor y su hermano bonito, puede que Deygar que nunca lo he conocido pero una pinta de sifrino buena gente vale, nos vamos todos a pasar calores por allá en los interiores de nuestra Venezuela que tanto odiamos pero no se lo decimos, nos vamos y nos damos más calor y pasamos calor y sudamos y nos pegamos el sudor y nos quemamos y nos secamos y nos tocamos y nos limpiamos y nos volvemos a quemar y así pasamos el tiempo y tiramos y nos lamemos los sexos y hablamos y cantamos y bebemos licor y nos abrazamos y lloramos ebrios borrachos escoñetados pero siempre tristes ok, no se vale la felicidad, siempre tristes y un poco literarios y melómanos como sea compartimos y nos burlamos y nos divertimos siendo tristes juntos no tan literarios pero full melómanos y experimentados en la simplicidad pero juntos ok. Hagamos algo así Wil, que si loco, porque yo no me atrevo mucho, solo con ustedes Wil o yo qué sé, no soy un joven literario ni melómano pero sí triste y no me atrevo, cobardes gallos que son, medio sueño que nos atrevemos y entonces abrazo mi almohada y me dan más ganas de mear porque me las he estado aguantando pero ya la espalda me duele como un viejo triste y literario sin música pero también me da sueño y tengo mal aliento pero me da flojera lavarme los dientes así que me levanto y voy a mear y dejo todo inconcluso porque nunca sé qué escribir o qué decir incluso hacer, ay Wil yo no sé una mierda, pero sé mear y hacerme la paja y sentirme bien con ello, y sé de Mai y Nori y Andre y a veces del Victor pero no de su bonito hermano ni del mariquito @Electropiano17, pero al final no sé mucho y alcanzo a decir menos, nos vamos escuchando todos “soy quien se robó tu corazón” yo no sé si les guste pero presumo que sí, pero qué sé de repente nos vamos en silencio y resulta que sí te amo un poquito más que un poquito y tú no amas tanto al Isaac ese como a la caridad hacia mí o no sé, de repente nacimos para estar juntos pero la naturaleza me dio esta cara y esta pelazón de bolas y las ganas de mear después de pajearme y esta distancia y esta ignorancia y bueno, terminaremos como siempre tristes y melómanos o solo jóvenes y literarios y melómanos pero no tan tristes, quién sabe Wil porque yo no sé un coñísimo de madre.

sábado, 16 de marzo de 2013

Medianoche menos veinte


Como voces. Angustias que se acercan a provocarme huir. Deseos de intercambiar este teclado por uno melódico. Puntos mal remendados. Sin límites, sólo el cansancio o la jaqueca. Una pequeña risa escapada, emanada del recuerdo, uno bueno. Muchas canciones con letras reconfortantes, que mencionan y mencionan la palabra “hero”, dolores que no se perciben sino por la consciencia. Inspiración desierta y mucho por dentro que no quiere salir. No hay un “quisiera”. Una muerte sin sangre. Actores sin emoción. Un ser no enamorado. ¿Qué se espera de alguien que no ama? Yo digo no mucho, imagino menos. Palabras que por más que lo niegue van al vacío, no tocan ni una puerta. Un alma que no siente pero quiere y eso la libra de morir. Música sin un destinatario. ¿Qué es eso, ah? Estoy perdido.

miércoles, 30 de enero de 2013

Sad?


Algunos secretos esclavizan, duelen con cada mentira. ¿Alguna vez has sentido que ellos no te quieren? Con ellos me refiero a tus padres, bueno, tu papá y tu madrastra, pero no lastima tanto aquel hecho sino el de la negación, el no aceptar. Ellos nunca supieron o saben, quizá nunca sepan, pero estoy herido. Aunque mi piel debiera ser más fuerte es más delicada, está roída. Mi corazón cubierto de hojarasca. Y se siente como un jamón serrano rebanado a punto de podrirse. Esperanzas sin aparecer, sólo dolor ligado con otras cosas que desconozco pero parecido al odio, al odio por mí mismo, un rechazo indiscutible, una vergüenza que se quiere manifestar pero el mismo secreto no le ha dejado llegar a su punto máximo. No sé que es. Se siente como tristeza, tristeza que genera un frío desértico. Hasta tiemblan mis pestañas. El dolor interior se une con el de mi espalda, mis hombros caídos al igual que mi felicidad. Si alguien quiere, que acabe conmigo y me muestre que era feliz antes de morir, hazaña que considero difícil por no decir imposible. Lo siento: mi vida es un fracaso. Mi yo entero un cobarde y mis emociones un desastre. ¿Acaso existe algo que me impulse a seguir viviendo? No sé cómo pero estoy muerto. Estoy muerto en soledad y tristeza, una tristeza homosexual. La guerra comienza y estoy débil, mas prefiero morir luchando que jamás haberlo hecho. Discúlpame los secretos, las mentiras, disculpa mi cobardía, no puedo ser lo que quiero ni lo que quieran, no quiero lo que soy, por eso no pido que lo hagas tú aunque mi alma quiera decir lo contrario.

domingo, 27 de enero de 2013

Gracias noche


No sé, otra noche me pasó, 
                   es sorprendente, de veras, ¡el arte el arte! 
                                   Es sorprendente. La música. No pude más que escuchar.


De pequeño entendí (si es que mis genes ya no lo sabían) que se puede limpiar escuchando música y así
         pasarla mejor, también mientras tomas la ducha, mientras trotas, mientras vas en el autobús, mientras 


            pintas, mientras compras el café, mientras lambes una chupeta, mientras lees, mientras defecas, mientras encuentras la cura para el cáncer, mientras descubres el continente perdido, en cualquier acción. 






                         ¡Pero esta noche! 

Fue ésta. Esta noche me contuvo, me regañó. 


                        No pude más que escuchar. Sólo escuchar sin siquiera pensar. 


Gracias noche.

jueves, 24 de enero de 2013

No me avergüenzo


Esta noche no me avergüenzo. No me avergüenzo de mis sentimientos esta noche. Me avergüenzo de haberme avergonzado. Me avergüenzo porque me avergonzaré mañana durante el día y puede que el resto de mi vida… y así pasé de ser un sin-vergüenza a sentir vergüenza de sentir. No era fácil, no sé, nadie me dijo nada, nadie sabe, nadie me conoce. A veces sufro sin vergüenza. Sufro como quien está solo y la soledad también me avergüenza. Mis labios y mis nalgas, todo. Hasta la lluvia me avergüenza. Sufro prisionero, vivo esclavo, muero cada vez que despierto. Me avergüenzo en el espejo, me humillo frente a mí, mi mente me avergüenza. Te avergüenzo. Mi arte me odia, el aire me repugna, la tierra me fastidia, el frío me avergüenza esta noche. Tengo una madre de quien no me avergüenzo y un padre avergonzado. Soy la vergüenza y puede que la única. Hoy sentimos vergüenza por ellos, pero ellos eran quien soy yo, yo era peor que quienes ellos eran, mas ahora soy igual a quienes fueron. Es mentira que no siento vergüenza porque aunque no la sienta me avisaré de hacerlo, es mi compañía. Es quien me alimenta cada día mientras vivo pero no me deja vivir. Tenemos un lazo, a mí me lastima. No hay amigos que de mí se avergüencen, pero quizá mi perro lo haga. No quiero sentir vergüenza, no quiero sentir, quiero escapar, quiero morir, quiero vivir sin vergüenza, quiero crecer, quiero dejar. No me quiero porque me avergüenzo, me avergüenzo porque no me quiero.

domingo, 20 de enero de 2013

La noche pajua


Secretitos de todo, de aquel y aquella que se acallan, se maman, se sanan de todo, de toditos. Malvadas divas inspiraciones que no son encontradas. EVIL! Verbos secretitos, palabras olvidadas —desrecordadas—. No importa nada en la noche o en el día, pero menos en la noche, una fría de amor o soledad, de ambas, de ninguna, unas llamadas preciadas que se dan, mensajes whatsapperos, términos sin fin, metas sin cumplir, metas sin pensar, mucha música, poca musa, puede que sólo una canción pero al menos una canción. Mostrarte lo que puedo ser, lo que digo, lo que hago, jamás lo que siento, nunca lo que piense, no sé, no podría mostrarlo al completo, cobardes bastardos chicos mimados, casi veinteañeros, nunca adultos nunca maduros nunca escasos. Somos muchos. Una luz detrás y una pérdida de energía. Vidas vecinas ignoradas ignorantes, mejores o igual de patéticas que la de éste, éste soy yo o lo que mis letras dicen que soy. Una noche. ¿Qué más da si no puedo ser amado? No desojar parece un pecado pero ya quiero dejar al destino que se digne a darme amor porque no me funciona esto de buscarlo. Gracias, la gerencia. Estoy desanimado y quiero un dulce que me engorde y seguir siendo un cobarde sin sexo. No estoy arrecho.

lunes, 7 de enero de 2013


—Anoche—

     Mis skechers a un lado de esta cama improvisada. Una tenue luz de la que sólo es posible percatarse por la noche, una temperatura medio fría gracias al aire acondicionado (probablemente unos diecisiete grados), una almohada prestada bajo mis pies, mi cabeza y mi espalda recostadas en la pared, la pared de aquella combinación extraña parecida a un azul de reyes, medio verdosa y oscura, un color cómodo y para adultos; la habitación ya no poseía el espíritu aniñado que durante muchos años tuvo. Henos aquí destino. #NowPlaying Without You sin nadie a mi lado, Jesús –mi tío- frente a mí sin mirarme, puede que ni esté notando mi presencia. La última noche de vacaciones, la más pesada de todas, la que deja concretar la alegría e indica el comienzo de la antigua o nueva rutina. Peor y a la vez mejor que la última noche de las vacaciones de verano, al menos sin quemaduras de sol playero para mí. Me siento agradecido, porque me voy y porque vine. Llega el momento en que mi espalda demanda que cambie de posición. Un zoom, un borrar-palabras; todo indica que llega el final de mi escritura.

miércoles, 26 de diciembre de 2012

Ola k ase


Como de costumbre no tengo un plan. No tengo una idea. No se me ocurre un principio, sólo espero terminar saciado por ventura. Otra noche sin pensar, sin que me importe algo. Mis ganas. Se van y regresan las palabras. No hay metáforas. No hay ocurrencias. Soy como la cabeza de una belieber (EMPTY), tal vez una belieber supiese qué escribir, tendría quien adorar. Yo me quedo esta noche, con frío, sentado frente al computador leyendo tuits y sin ánimos de que acabe. Quiero que eso comience por casualidad. Quiero algo casual. Quiero salir. No sé qué quiero.