miércoles, 4 de abril de 2012

Una tarde en el pasillo

Sí... Y llegué al pasillo de mi lectura habitual sin mi libro, algo pajúo ¿no? Encuentro a los freaks que estudiaron conmigo en el primer y segundo semestre. ¡Así es! Estoy en la universidad y mis niveles de decadencia van en aumento. Me pongo a un lado de ellos, ¿50 centímetros tal vez? lo adecuado para mí.
Como de costumbre no entendí nada de lo que hablaban, muchas veces los admiro, viven en su mundo ajeno a lo real, pero no viven solos, hecho que me hace dudar de lo ficticio en estos mundos geeks; pues al estar tantos sujetos desadaptados e involucrados pienso que es algo real y palpable, en caso de asemejarme con alguien me podría parecer a ellos, claro aún está lejos de suceder.
Mi ignorancia, junto con mi torpeza para los videojuegos y mundos imaginados, es apreciable. En este campo mi imaginación es la de un coco seco.
No entender una palabra de lo que dicen pero sí captar lo que sienten, en eso me identifico con ellos, son felices al compartir lo común, intercambiar sus opiniones y tarjetas de magic. Muchas veces envidio su frikismo. Es lo que quiero, dar a conocer mis pensamientos y que no sea ajeno a los demás, identificarme con otros y ellos conmigo, esa vital retroalimentación que te da y te hace entregar lo que creas en la mente.
Los respeto burda, son extraños pero son muchos, son capaces de ser ellos mismos, relacionarse, y a la vez  ser quienes quieren en un mundo paralelo virtual, pero yo no soy ni la sombra de lo que deseo, o sea ¿quién está debajo en la pirámide social? Respuesta obvia ¿no?
En fin, me alejé porque esta cara de ponche cuando se escucha tantas palabras desconocidas llega a incomodar, acto seguido caminé hacia arriba y me pregunté: ¿Por qué no cantar en el baño de varones? Puse mi teléfono a reproducir la canción más normal que tengo: “Born to die” de Lana del Rey.
Al tararear antes de cantar para seguir la reproducción me imaginaba las caras de burla, de impresión, desagrado, desdén o preocupación que pondría la gente normal.
Algo fuera de lo común pero interesante y en ese momento fui feliz porque me atreví a hacer lo que quise sin importarme la opinión de la gente.
Me acuerdo y me rio a la vez que me enorgullezco.

…Hurtblood…

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Buena esa